Gentrificación: el “elefante en la sala” que expulsa a las clases bajas y medias de la CDMX

Investigadores del Colegio de Urbanistas de México presentan estudio sobre gentrificación y desplazamiento en la CDMX

Gentrificación: el “elefante en la sala” que expulsa a las clases bajas y medias de la CDMX

COMUNICADO DE PRENSA 07/25

 Ciudad de México, a 18 de agosto de 2025

• El Colegio de Urbanistas de México advierte que la capital dejó de producir vivienda asequible y hoy el mercado dicta quién puede habitarla.

• Juan Carlos Zentella, asegura que la gentrificación no es la causa, sino el síntoma de una enfermedad urbana más profunda.

• Familias de clase baja, media baja y media han sido desplazadas de colonias como Roma, Condesa y Juárez por rentas de hasta 44 mil pesos mensuales.

De acuerdo con el estudio elaborado por especialistas del Colegio de Urbanistas de México (ECUM) denominado “La crisis silenciada de la vivienda en la CDMX: causas y consecuencias de la gentrificación”,  la Ciudad de México enfrenta un problema estructural que ha sido ignorado durante dos décadas: la falta de vivienda asequible.

Ese es el elefante en la sala que explica el avance implacable de la gentrificación. No se trata solo de cafés de moda o de la llegada de nómadas digitales, sino de un fenómeno expulsivo que arranca a familias de sus barrios y las condena a la periferia.

“El verdadero elefante en la sala es la escasez estructural de vivienda, que ha expulsado a miles de familias de la ciudad”, advierte Nina Carolina Izábal Martínez, presidenta del ECUM.

Juan Carlos Zentella Gómez, sostiene con contundencia:
“La gentrificación no es la enfermedad, es el síntoma. La raíz está en la incapacidad de producir y regular vivienda asequible. Mejorar la ciudad sin mecanismos de control es condenar a la población a ser desplazada”.

Un proceso expulsivo que ya alcanzó a la clase media

El estudio muestra que primero fueron desplazadas las clases bajas, luego las medias bajas, y ahora la presión también alcanza a sectores medios.

Colonias tradicionales como Roma Norte, Condesa, Juárez y Narvarte se convirtieron en territorios inaccesibles. Las rentas rebasan los 44 mil pesos mensuales, mientras la construcción de vivienda cae en picada: de 20 mil unidades en 2018 a apenas 2 mil en 2025.

La demanda real es de 70 mil viviendas al año en la capital y 350 mil en la zona metropolitana, pero hoy se cubre apenas el 1%.

“Las clases bajas fueron desplazadas hace tiempo; ahora la presión alcanza a las clases medias, que antes podían vivir en barrios céntricos. Hoy también ellas deben salir”, explica Iván Amador colegiado del ECUM, integrante del equipo de investigación y especialista en dinámicas de mercado.

Gentrificación: fiebre de una enfermedad mayor

El ECUM sostiene que la gentrificación es la fiebre que revela una enfermedad más grave: un modelo urbano que abandonó la vivienda social y dejó el rumbo de la ciudad en manos de la especulación inmobiliaria.

“El mercado mexicano es monopólico, opaco y especulativo. Los propietarios retienen suelo y vivienda esperando su valorización, mientras el Estado carece de instrumentos fiscales para obligarlos a destinarlos al bien social”, denuncia Zentella, investigador principal.

A ello se suma la fragilidad institucional: “El Plan de Desarrollo Urbano sigue siendo el de 2003. Creamos una Secretaría de Vivienda, sí, pero sin presupuesto ni dientes regulatorios. Así no se puede enfrentar una crisis de esta magnitud”, lamenta Izábal.

El desplazamiento no solo implica perder un techo cercano al centro. Según el estudio, más de 23 mil familias han abandonado la capital en los últimos años por razones económicas, y la UAM estima que la cifra real asciende a 400 mil en la última década.

Las consecuencias son múltiples:

  • Crece la mancha urbana y se destruyen áreas agrícolas.
  • Aumentan los costos en transporte y servicios.
  • Se pierden comunidades, redes de apoyo y vida cultural barrial.

“La gentrificación destruye comunidades. No solo encarece la vivienda: borra formas de vida que daban identidad a la ciudad”, advierte Amador.

Plataformas digitales: el acelerador

El estudio señala que la irrupción de plataformas como Airbnb ha actuado como acelerador del fenómeno. Hoy operan más de 26 mil alojamientos turísticos en la capital, sobre todo en zonas centrales.

“El problema no es Airbnb en sí mismo, sino la falta de regulación. Estas viviendas deberían tributar como comercios, y los ingresos destinarse a fideicomisos públicos de vivienda social”, propone Izábal.

Zentella coincide: “Con una fiscalidad adecuada, la renta temporal podría ser una oportunidad, no una amenaza. El problema es la inacción del Estado”.

El vacío de gobernanza ha llevado a la ciudadanía a la calle. El Frente por la Vivienda Joven exige congelar rentas y regular las plataformas digitales. Grupos como Pasteup morras y Obrera Ciudad de México denuncian lo que llaman un “despojo silencioso”.

“Las protestas son el reflejo de un vacío de regulación. Cuando el Estado no protege el derecho a la vivienda, la sociedad lo defiende en la calle”, afirma Izábal.

Recuperar la ciudad: propuestas

El equipo de investigadores del ECUM plantea medidas concretas:

  • Impuesto a la plusvalía y predial progresivo para frenar la especulación.
  • Nuevo Plan Metropolitano de Vivienda con herramientas regulatorias efectivas.
  • Registro obligatorio y fiscalización de plataformas digitales.
  • Impulso a vivienda cooperativa y esquemas de renta social.
  • Participación ciudadana vinculante en las decisiones urbanas.

“La vivienda no puede seguir siendo un símbolo de acumulación patrimonial. Es un derecho, y la ciudad debe garantizarlo como tal”, sentencia Amador.

El elefante en la sala ya no puede ser ignorado. La gentrificación, advierte el estudio, es la consecuencia directa de la falta de vivienda asequible y de un modelo urbano que cedió el control al mercado.

“La gentrificación no es inevitable, es el resultado de decisiones políticas equivocadas. Y eso significa que puede revertirse”, enfatiza Amador.

Zentella, como investigador principal, lo resume en una frase que retumba como advertencia y llamado a la acción:

“El futuro de la Ciudad de México depende de entender que la vivienda no es un privilegio, es un derecho. Y el Estado debe garantizarlo. Si no enfrentamos al elefante en la sala, perderemos la diversidad que hace única a la ciudad”.

Contacto de prensa: Gustavo Rodríguez González / [email protected] / Cel. 55 43 57 53 05

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